lunes, 31 de octubre de 2005

El castillo en el aire.


El Castillo en el Aire. Es una película fantástica, muy al estilo Verne o a Los Viajes de Gullivert, a los cuales el protagonista hace mención durante la misma.

Parece que vamos bajando el nivel. Cuando Chihiro es espectacular en su fantasía e imaginación, La Tumba es increíble en humanidad y crudeza, Porco Rosso es entretenida y tierna... El castillo en el aire no me termina de dejar buen sabor de boca, o al menos el que esperaba. Quizá sea porque lo tengo que ver en el ordeandor, quizá porque simplemente esperaba un peliculón, quizá....

Cierto es que es tierna, que es entretenida, que es imaginativa, pero, ¡ay! la abuelita es demasiado parecida a la de Chihiro (mejor al revés, que Chihiro es posterior), mala en sus actos al margen de la ley pero buena en su interior. La isla flotante recuerda demasiado a Gullivert. Los aviones parecen (y posiblemente lo sean) sacados de una novela de Verne. Bueno, que no deja de ser una recombinación de elementos ya dados, poco originales en sí mismos aunque quizá novedosos en su recomposición, y ni así. Demasiado evidente en su argumento: muy malo el malo, muy buenos los buenos. No llega a sorprender su hilo conductor y los personajes, curiosamente, no tienen gran vida interior. Lo extraño es que sea la poca vida interior de los personajes lo curioso, porque no dejan de ser dibujos animados, pero es que lo increíble del Anime es ese mundo interior de que dotan a los protagonistas. Porco es un individuo asquedao del mundo, enamorado de una chica a la que no puede tener (o que no se atreve a tener) y al que una niña devuelve su fe. Chihiro es una consentida que se tiene que valer por sí misma y termina ganándose a todos. En la Tumba de las Luciérnagas la crudeza del mundo termina por aplastar a dos hermanos. Incluso en La Princesa Mononoke la conciencia de que va a morir va haciendo reflexionar al héroe. Sin embargo, en esta entrega, los personajes son muy buenos, siempre tienen claro qué han de hacer, no dudan, no evolucionan psicológicamente a lo largo de la película. Y el malo es demasiado malo, estúpido y común.

¿Recomendable? Sí, claro, es entretenida, pero las hay mejores.

Saludos.

miércoles, 26 de octubre de 2005

Ya regresa.


Ya llega. Aguardad, ya llega. ¿Qué son unos días? Paciencia. Sin apuros. Calma. Esperad a mi señal. ¿Realmente estais listos? ¿Seguro? Pensadlo una vez más. Habrá sorpresas. ¿Cómo no habría de haberlas? Locos... Él ya llega.

martes, 25 de octubre de 2005

Porco Rosso.



Por fin terminó de bajar Porco Rosso (del gran Hayao Miyazaki). Una bonita historia post-primera guerra mundial. Una bella historia, sí, pero que no alcanza a otros títulos de anime como Chihiro o La Tumba. Bonita y entretenida. Sin duda merece la pena.

La película deja varios cabos sin atar, los cuales no afectan al hilo argumental pero son los que más curiosidad despiertan, como por ejemplo ¿por qué demonios el protagonista es un cerdo?. Algunas respuestas que he encontrado:

NO LEER SI NO SE HA VISTO LA PELÍCULA.

"Aunque nunca fue mencionado en la película, una declaración de prensa estableció que él estaba desilusionado con la humanidad y se maldijo a sí mismo para ser un cerdo. Miyazaki estableció que "Cuando un hombre llega a la madurez, se convierte en un cerdo". Parece que Porco esta llevando mucho equipaje, y que se hizo algo para dejar de ser humano.
La historia oficial va como sigue: El Capitán Marco Pagot (nombrado así por un
animador italiano, quién es un amigo de Miyazaki) era un piloto estrella de la Fuerza Aérea Italiana durante la Primera Guerra Mundial. Renunció a la FAI, ya que vió al facismo en alza y buscaba volar siguiendo su propia voluntad. Se convirtió en cazarrecompenzas, asumiendo el nombre de "Porco Rosso". Tachó su propio rostro de cuando era un hombre joven en la fotografía que Gina tiene colgada en la pared de su restaurante, así que nadie puede saber como lucía cuando era humano.
Miyazaki dijo que Porco intentó una vez casarse con Gina, pero la Primera Guerra Mundial estalló entonces, y Gina estaba viviendo en una isla que estaba en territorio austriaco. Como oficial militar, no podía casarse con un enemigo del país. Desgarrado entre su lealtad hacia su país natal y su amor por Gina, escogió su país. Pero cuando atestiguó las muertes de sus camaradas pilotos, incluyendo la de su mejor amigo (el esposo de Gina), empezó a preguntarse sobre el significado de sus acciones, y el significado de volar y morir por su patria. Incapaz de resolver los conflictos en su mente, se convirtió en cerdo. "


"P: ¿Qué era esa extraña nube de la que Porco le estaba contando a Fio?
Es una nube hecha de pilotos muertos y sus aviones haciendo su último vuelo. La historia fue tomada de "Ellos No Crecerán a Viejos" en "Sobre Tí: Diez Historia de Aviadores y Vuelos", de Roald Dahl de 1946. Miyazaki dijo que ama las historia de Dahl sobre pilotos y aviones (Dahl estuvo en la Real Fuerza Aérea durante la Segunda Guerra Mundial), aunque no se preocupó por sus historias de niños tales como "Charlie y la Fábrica de Chocolate"."


"P: ¿Porco se convierte otra vez en humano?
El concenso general es, sí (aunque ya sea que el quedarse como humano es otra cosa). Curtis estuvo insistiendo en ver la cara de Porco, implicando que algo ha cambiado. La conversación entre Porco y Fio en el campamento estableció la teoría de "besar al príncipe rana", así que el beso de Fio (y el amor de Gina) al final hizo cambiar a Porco de regreso a ser humano. Se volvió un cerdo porque estaba desilucionado con la humanidad, pero la inocencia de Fio lo hizo sentir que "todavía hay alguna esperanza para los humanos", como Porco dijo. Esta vez, ganó y no "dejó a otra chica desilucionada". Parece que finalmente se sobrepuso a su propio odio."


"P: ¿Gina gana su apuesta?
Ese es un secreto entre Gina y Fio. ^_^ El consenso general es, sí. No la vemos esperando en el jardín en la última escena. También, el avión de Porco está atracado cerca del jardín privado de Gina cuando Fio voló sobre ellos cerca del final. Miyazaki dijo que en la escena donde Porco recuerda que sucedió durante la Primera Guerra Mundial, Porco (entonces Marco) estaba en el avión No. 4, porque él es (será) el 4º esposo de Gina (y Berlini, el primer esposo de Gina, estaba en el avión No. 1 :)."

lunes, 24 de octubre de 2005

Ingleses...

La manera de hacer que un plagio deje de ser tal es, simplemente, especificar el autor del mismo. Hoy, en esta nueva entrada, voy a obrar tal milagro y lo que podría ser un plagio cutre y malévolo, se convertirá, espero, en una simple reverenzia los que dicen lo que quiero decir mejor que yo. Dejo toda palabra a Arturo Pérez Reverte, el cual logrará lanzar toda mi rabia contra los ingleses. Me gustaría haber sabido todo ésto y haberlo escrito antes que él, antes de que lo hubiera tintado en su columna delSemanal, pero no ha sido así, de forma que el mérito es todo suyo y, totalmente desvergonzado, me atrevo a reproducir letra por letra su columna... hasta que la ley me lo prohiba:



El sable de Beresford

Como sólo tienen memoria para lo que les interesa, conviene refrescársela


"Lo bueno que tienen los bicentenarios es que van en ambas direcciones, como la Historia. Y todos tenemos motivos para descorchar botellas o agachar las orejas. Pensaba en eso con lo de Trafalgar, mientras a los súbditos de Su Graciosa les rebosaba la arrogancia y el chundarata con la espuma de cerveza. No creo, pensé observándolos, que celebren con ese entusiasmo y esa chulería el próximo aniversario que les toca, el año que viene, cuando se cumplan dos siglos desde el comienzo de las fracasadas invasiones inglesas en el Río de la Plata. Con tanto sobarse la gloria de la Invencible a Trafalgar y de ahí a las Malvinas, los futuros súbditos del Orejas siempre pasan de puntillas por encima de las estibas contundentes que, por ejemplo, les dieron Navarro en Tolon, Blas de Lezo en Cartagena de Indias, o los canarios al invicto Nelson –dejándolo manco– en Tenerife. Por eso dudo que monten parada naval o desfiles con fanfarria patriotera dentro de unos meses, cuando se cumplan doscientos años desde el comienzo de su maniobra para arrebatar a España las colonias en América del Sur. Y como sólo tienen memoria para lo que les interesa, conviene refrescársela. Incluyendo, por ejemplo, una cita del propio Times, que en su momento calificó la cosa –una vez fracasada, claro, y tras aplaudirla antes– como «una empresa sucia y sórdida, concebida y ejecutada con un espíritu de avaricia y pillaje sin paralelos».El asunto empezó cuando, crecida por lo de Trafalgar, Inglaterra invadió Buenos Aires, en junio de 1806, con mil seiscientos soldados bajo el mando del general Beresford. Como de costumbre, el motivo era altruista y filantrópico que te rilas: devolver la libertad a los pueblos oprimidos por la malvada España, y de paso –pequeño detalle sin importancia– conseguir materias primas y consolidar mercados para el comercio inglés donde hasta entonces sólo podía penetrar mediante el contrabando. Para facilitar esa angelical liberación de los oprimidos, lo primero que hicieron los británicos fue proclamar allí la libertad de comercio –sólo con Inglaterra, por supuesto–, enviar a Londres el tesoro local bonaerense –millón y pico de pesos en oro–, y establecerse militarmente en la zona sin hablar ya de independencia para el virreinato. Al contrario: ante el consejo de ministros, el rey Jorge III declaró «conquistada la ciudad de Buenos Aires». Pero el gorrino salió mal capado: bajo el mando de Santiago de Liniers, españoles y criollos recobraron la ciudad, dándoles a los rubios las suyas y las de un bombero. Con ciento cincuenta bajas, hecho polvo, Beresford tuvo que rendir sus tropas y constituirse prisionero –luego se fugó, faltando a su palabra–, y del episodio quedó un bonito cuadro, poco exhibido en Inglaterra, donde se le ve con la cabeza gacha, entregando el sable a los españoles.El segundo episodio empezó en enero de 1807. Con veinte barcos y 12.000 soldados, los generales Withelocke, Crawford y Gower volvieron a la carga, tomaron Montevideo –en el acto se establecieron allí enjambres de comerciantes británicos dispuestos a liberar a los oprimidos un poco más– y en junio los ingleses atacaron Buenos Aires por segunda vez. Ahora tampoco hablaban ya de dar libertad e independencia a nadie. Y echaron carne dura al asador: 8.000 soldados veteranos avanzaron por las calles de la ciudad; pero los frenó la gente, peleando casa por casa. «Todos eran enemigos –escribiría el coronel inglés Duff–, todos armados, desde el hijo de la vieja España al esclavo negro.» El ataque decisivo del 3 de julio se estrelló contra la resistencia urbana organizada por Liniers: las tres columnas inglesas que pretendían alcanzar el centro de Buenos Aires, pese a que avanzaron imperturbables dejando un rastro de muertos y heridos, tuvieron que retroceder y atrincherarse, acribilladas a tiros y pedradas desde las ventanas y azoteas de las casas. Resumiendo: recibieron las del pulpo. Luego los porteños, con ganas de cobrarse las molestias, contraatacaron a la bayoneta hasta que «por los caños corrió la sangre». Con casi tres mil fulanos muertos y heridos, los malos tuvieron que rendirse, evacuar Montevideo y regresar a Inglaterra con el rabo entre las piernas. «Jamás creí –escribiría después el general Gower– que los rioplatenses fueran tan implacablemente hostiles.»Así que ya ven. Este año tocó Trafalgar. Vale. Pero en el 2006 y el 2007 toca Buenos Aires. No se puede ganar siempre."

sábado, 22 de octubre de 2005

Asimov.

Buscando un buen anuncio para un trabajo de clase, me acordé de aquellos geniales de BMW, el archiconocido de la mano, "¿te gusta conducir?". Lo que no recordaba era uno de la misma tirada que aun es mejor. El anuncio, como recordareis, ofrece una serie de secuencias de gentes en variadas situaciones acompañadas de una voz muy profunda y una música destilado añoranza. Lo que la voz pronuncia es el siguiente texto:

"Fíjate en ti.No lo digo con ánimo de desprecio, pero fíjate bien.El material del que estáis hechos es blando y su energíadepende de la oxidación ineficiente de la materia orgánica.Entráis cada noche en un estado de coma y soñáis,¿pero de que sirven los sueños si casi nunca se cumplen?Pensáis, es cierto, pero os equivocáis frecuentementey a la menor variación externa perdéis vuestra eficacia.Sois alterables, sois imperfectos.En cambio yo, preferiría sentir lo que sentís."

Pues resulta que el texto es de Asimov, del mismo relato (Razón) en que se basaron para hacer el guión de Yo, robot .

Cómo la perfección envidia la imperfección. Podríamos decir que la perfección es la Razón, con mayúsculas, la Razón en tanto que exactitud, ajuste, precisión, rigor. Imperfección en tanto que sentimientos, pasiones, tristezas, alegrías... la imperfección es nuestra parte menos precisa, la del corazón. Miro atrás y veo a Platón, Aristóteles, Séneca, 2000 años de cristianismo (San Agustín y Santo Tomás), etc. Ellos ya lo habían dicho, y un anuncio nos lo repite y lo revoca. Asimov rompe con la tradición y nos deja perplejos (¡una máquina perfecta nos tiene envidia!) en un texto genial.

Saludos.

jueves, 20 de octubre de 2005

Un sucio muy duro.


Y aquí está el incombustible Clin Eastwood (de jóven). Su película, Harry el Sucio, llena de escenas sobadas y momentos predecibles me deja con una sóla duda. ¿Copia esta película todos los recursos clásicos de peli policiaca con tipo duro o es que ella ha sido la madre de todas las putas?

Chico duro inconformista que odia a todos por igual, sin preferencias, al cual todos sus compañeros caen heridos y le terminan poniendo como ayudante a un novato sin experiencia al que repudia. Malo muy malo y justicia por su mano.

Genial.

miércoles, 19 de octubre de 2005

Filosofonauta.

Viendo que Jillo había bautizado mi blog con un nombre mucho más original y más acorde con el espíritu del mismo, he decidido cambiarlo y aprovecho para darle las gracias. Brillante por su parte. También aprovecho y cambio el fondo. Cansado ya del papel tapiz de la abuela probaré éste más sobrio y más "actual". Hasta que encuentre algo mejor.

Saludos.

Los milagros de San Benito.

Cuenta la leyenda que San Benito, ya en su retiro y posteriormente a él, cuando fundó su monasterio en el Monte Cassino, obtuvo el don de realizar milagros. Ahí van algunos:


El primero fué remendar un cedazo roto por medio de la oración. Los hombres del lugar colgaron la criba sobre la puerta de la iglesia, y allí permaneció durante muchos años.

Abandonando la criba se fué a una cueva, desconocida por todos menos por un amigo, quien secretamente le mandaba alimento atándolo a una campanilla para que el Santo supiera cuándo le llegabala comida. Pero Satanás tiró una piedra a la cuerda, rompiéndola y también la campanilla. Sin embargo, el enemigo de la humanidad se encontró frustrado. Cuando San Benito había permanecido en la cueva todo el tiempo que los propósitos de Dios habían considerado oportunos, se apareció Nuestro Señor en el Domingo de Pascuas a cierto sacerdote, le reveló la estancia del hermitaño y le rogó repartiese su comida de Pascua con el Santo.

En cierta ocasión, San Benito, acuciado por las tentaciones de la carne a causa de una mujer que había visto en una ocasión, se abandonó a su pensamiento con tantísimo placer que pensó haber abandonado el desierto en donde se encontraba retirado. Pero, gracias a la Gracia de Dios (chafador), volvió en sí y, viendo una zarza cercana, se lanzó sobre ella de forma que al levantarse su carne quedase totalmente desgarrada. De ese modo, inflingiendo heridas a su cuerpo sanó las de su alma.

Su fama se extendió de tal modo que los monjes de un monasterio le suplicaron que se pusiera a su mando, y así lo hizo San Benito. Él insistió desde ese momento en conservar la virtud estricta, así que los frailes, enfurecidos, le dieron una copa envenenada para el almuerzo. San Benito, al hacer la señal de la cruz sobre ella, ésta explotó en cientos de pedazos. Después volvió al desierto.

En una ocasión un godo virtuoso, utilizando un martillo para apatar y machacar las zarzas del camino, se le escapó la cabeza de la herramienta cayéndosele al río. San Benito cogió el mango y lo hundió levemente en el río, de forma que la cabeza del martillo subió por sí sóla juntándose al mango y nunca más se soltó.

Un sacerdote vecino, envidioso, le mandó un pan envenenado. San Benito, milagrosamente lo supo, y por ello ordenó a un cuervo amigo suyo que cogiese el pan y lo llevase donde nadie pudiese cogerlo jamas, y así hizo el cuervo. El sacerdote, hastiado con San Benito, le mandó siete prostitutas al monasterio para hacer que San Benito cayese en la tentación. San Benito, temeroso de que algún novicio sucumbiese decidió irse del monasterio. A la mañana siguiente de irse el sacerdote murió al caérsele el techo de su casa. Cuando un fraile le dijo a San Benito, jubiloso, la noticia, éste guardó luto e impuso castigo al fraile por regodearse en la muerte del pecador.

Benito no mandaba destruir los recintos dedicados a dioses paganos, sino que los convertía en iglesias a Nuestro Dios. Un día, Satanás, harto ya de San Benito, se le presentó, no con disfraces ni argucias, sino tal y como es. Nadie más podía verle pero todos le oyeron gritar su nombre. San Benito no respondió. Dijo Satanás: "Bendito Benito". Como continuaba sin responderle, comenzó a insultarle y a amenazarle. Benito continuaba sin contestarle. Dijo entonces Satanás: "Maldito Benito, no bendito. ¿Qué me haces y por qué me persigues así?" Aquí termina la historia; se deduce que Satán se marchó desesperado y harto de la indiferencia de San Benito.

martes, 18 de octubre de 2005

Pero si yo no he hecho nada.

Dice Russell: "San Agustín enseñó que Adán, antes de la Caída, tenía libre voluntad y podía haberse abstenido del pecado. Pero como él y Eva comieron la manzana, entró la corrupción en ellos y se transfirió a toda su descendencia, así que nadie puede abstenerse del pecado. Solamente la gracia de Dios puede hacer virtuoso al hombre. Puesto que todos heredamos el pecado de Adán, merecemos todos la condena eterna. Todos los que mueren sin bautizar, incluso los niños, irán directamente al infierno y sufrirán tormentos sin fin. No tenemos por qué quejarnos por ellos, puesto que todos somos malos (En las Confesiones enumera los crímenes que cometió en la cuna). Pero la libre gracia de Dios da a cierta gente entre los bautizados la salvación. No van al cielo por ser buenos, sino por la libre gracia de Dios, que sólo se ejerce sobre los elegidos. No hay razón por la que unos se salvan y otros no, es libre arbitrio de Dios, su elección inmotivada. La condenación comprueba la justicia de Dios; la salvación Su Gracia. Ambas revelan igualmente su bondad."

Es curioso, ¿no?. San Agustín es uno de los Tres Doctores de la iglesia, uno de los Santos Padres. No piense nadie que estas tesis no son mantenidas a día de hoy. Yo creo que el cristianismo, el Nuevo testamento más que el Viejo, es incomprensible sin el libre albedrío, pues las normas morales de Cristo, el juício final, etc no tendrían sentido. Lo más gracioso (será la Gracia de Dios), es que muchos murieron por mantener la tesis del libre albedrío, como Pelagio, que originó el movimiento perseguido por la iglesia del pelagianismo.

En todo caso, alguien al escuchar a San Agustín podría decir eso de: "¡pero si yo no he hecho nada!", indignarse e irse.

Saludos.

Anime.

Dicen, comentan, susurran, argumentan y escriben que hay ciertos títulos indispensables dentro del Anime japonés, aquí va la lista que encontré:

Títulos indispensables20 Películas claves del anime japonés.

La serpiente blanca (1958), dirigida por Taiji Yabushita.
El castillo de Cagliostro (1970), dirigida por Hayao Miyazaki.
Nausicaa (1984), dirigida por Hayao Miyazaki.
El castillo en el cielo (1986), dirigida por Hayao Miyazaki.
La tumba de las luciérnagas (1988), dirigida por Isao Takahata.
Mi vecino Totoro (1988), dirigida por Hayao Miyazaki.
Akira (1988), dirigida por Katsuhiro Ôtomo
Porco Rosso (1992), dirigida por Hayao Miyazaki.
Ghost in the shell (1995), dirigida por Mamoru Oshii.
Memories (1995), dirigida por Katsuhiro Ôtomo, Morimoto y Tensaï Okamura.
Perfect Blue (1997), dirigida por Satoshi Kon
La princesa Mononoke (1997), dirigida por Hayao Miyazaki.
Mis vecinos, los Yamada (1999), dirigida por Isao Takahata.
Jin-Roh (1999), dirigida por Hiroyuki Okiura
Metrópolis (2001), dirigida por Rintarô
Cowboy bebop. La película (2001), dirigida por Shin'ichirô Watanabe
El viaje de Chihiro (2001), dirigida por Hayao Miyazaki.
Millenium Actress (2001), dirigida por Satoshi Kon.
Héroes al rescate (Tokyo Godfathers, 2003), dirigida por Satoshi Kon.
Steamboy (2004), dirigida por Katsuhiro Ôtomo. De próximo estreno en España.

La Tumba de las Luciérnagas.


Un buen día, con alegría para mi corazón y tristeza para mi monedero, descubrí que habían sacado una colección de películas de Anime. La primera entrega traía la película el Viaje de Chihiro de la que creo ya he hablado, pero de la que de todas formas repetiré lo evidente: que es preciosa, increíble, un poema a los sentidos y un soplo de aire fresco (¡un huracán!) a la imaginación. La película ya la tenía, un magnífico regalo de Paloma, así que decidí esperar a la siguiente entrega, con la que vino la película a la que me refiero ahora: La Tumba de las luciérnagas. Qué decir de ella.

Lo primero que me sorprendió es que es tan opuesta como parecida a Chihiro. Parecida en tanto que lleva el mismo ritmo, ese ralentí, ese sin prisa pero sin pausa, sin detenerse en ningún momento, sin acelerarse pero sin bajar de marcha, ese ritmo que caracteriza a las películas de Anime y en general a las orientales (se me vienen a la cabeza dos, una de animación: La Princesa Mononoke, lenta hasta el hastío, y otra que abandona el lápiz: Primavera, Verano, Otoño, Invierno... Primavera, prácticamente sin diálogo; otras más occidentalizadas como La Casa de las Dagas Voladoras o Hero pierden parte de ese ritmo para volcarse en la poesía visual, aunque algo pervive en ellas). Tan parecida y tan distinta. Distinta porque los personajes no luchan, se dejan llevar, sólo tratan de sobrevivir, no de mejorar, no de vencer. son meros espectadores a los que la película arrastra, o mejor, arrasa. Frente a la desmesurada imaginación de Chihiro, la arrolladora realidad de La Tumba. Sus protagonistas, desbordados por completo por las circunstancias, tratan de aislarse, de sobrevivir saliéndose de esa realidad cruel para descubrir que ni en ella ni al margen de ella tienen esperanza. La lucha, sí, al principio la lucha, pero pronto la desesperanza y la resignación. La hermana pequeña es la cara de la resignación. En un determinado momento toma conciencia del mundo que les rodea y de su situación. A partir de ese momento deja de quejarse de cualquier pena que sufra y trata de aliviar el peso a su hermano, que es el luchador, el que arrastra todo el peso de la situación y el que en todo momento sabe lo que ocurre, pero que ni aun así consigue soportar tal carga. Sólo al final tira la toalla, sólo al final baja los brazos y se resigna como su hermana.

Sorprendente es a su vez el que la película es bastante antigua. Buscando por la red encontré lo siguiente: "Isao Takahataun se da a conocer, a mediados de los años 70, por sus series para la televisión 'Heidi' y 'Marco'. En 1985 funda junto con Miyazaki el Studio Ghibli. En 1988 presentó "La tumba de las luciérnagas" (Hotaru no Haka), su primera película como director dentro de Ghibli". La Tumba tiene nada menos que 20 añitos de vida y parece haber sido hecha ayer, por su calidad visual, por su ternura y por su actualidad, el mensaje anti-bélico que transmite es poderosísimo.

Como hice con Chihiro, recomiendo ver esta película a todo el mundo, aunque advierto, es muy dura, tanto que yo no la quiero volver a ver. Es curioso que películas de animación sean capaces de despertar tantos sentimientos, incluso más que las películas normales.

Nada más por hoy.

Saludos.

El lugar donde nadie sabe de mi; donde las palomas lloran (por Paloma).


Porque una de las mejores cosas de viajar es saber que tendrás un sitio al que volver; un sitio en el que te vuelvas a sentir en casa; donde lo conozcas todo pero te sorprenda como si fuera la primera vez que lo vieses; ese sitio sobre el que pensar cuando estás lejos y cansado; donde te sientas como una parte más del paisaje; donde dejar volar el tiempo con la mente en blanco....

Para mi ese sitio es el “Rompeolas” de Gijón, donde puedo pasar horas sin hacer nada especial, mas que percibir cada rayo de sol sobre mi piel, cada sonido del agua al chocar contra las rocas... o subirme a esa piedra conquistada pero compartida con aquella gente que creo merece la pena la disfrute tanto como yo.

Porque es importante tener un lugar “propio” que te haga sonreir cada vez que regresas... o al menos eso es lo que tú me has enseñado :)