miércoles, 7 de julio de 2010

Sencillo argumento nacionalista.

Mirad lo que me he encontrado en un libro de texto acerca de los nacionalismos.

Sencillo argumento nacionalista:

- Las señas de identidad de la comunidad son objetivas.
- Nosotros las defendemos.
- Por tanto, somos portavoces cualificados de la comunidad (guste o no guste al resto de la población).



Puede, por tanto, ir en contra de la legitimidad democrática (dijo Artur Mas "el pueblo catalán no está preparado"... ya lo estará, juas juas juas). Puede inventar las señas de identidad (la nación vasca y el pueblo catalás que existen desde el Edén... es más, eran el Edén). Puede, y esto es más peligroso, entudiasmarse en su exaltación de la diferencia, en la exaltación de lo propio sobre lo ajeno.

Y termina el libro argumentando el "autismo social" (relacionarse sólo con quien no ponga en peligro la identidad) y la reducción de todo conflicto social al de reivindicarse, olvidando otros intereses.. y de ahí que "los tradicionales movimientos obreros y feministas apelen a una clase oprimida más allá de concreciones nacionalistas".

El proletario no tiene patria.
Marx.


¿Pero no eran de izquierdas los nacionalistas? Qué lío.

martes, 8 de junio de 2010

El funcionario y la lógica informal.

Estos funcionarios son unos hijos de puta. Los veo por la tele, al lado de los sindicalistas, y me dan nauseas. - Míralos ahí, con sus politos de marca y sus zapatitos abrillantados por algún digno currante-. Voy a vomitar.

Estos funcionarios, tocados por la mano de algún Dios dorado, que tienen su puestito de trabajo asegurado, en el que no hacen nada, quejándose. No puedo evitar recordar la vez que me acerqué a ellos y, faltándome la foto, me hicieron dar la vuelta rumbo a casa.

Estos funcionarios, gordos de no hacer nada, no son capaces de seguir el ritmo de la marcha. Por no poder, no pueden ni cantar las proclamas. Es una vergüenza. Cómo se atreven a quejarse por unos euros que quitamos a su extensa nómina. Esa nómina que les permite tener “su piscina privada y un salón de té”, como dice la canción, que no se refiere a una furcia, sino a una furcia funcionaria.



Estos funcionarios, que no se les enrojece la cara cuando se cogen “bajas por depresión”, cuando sería más bien “bajas por cojón”, concretamente cojón rojo de tanto rascárselo. Y ahí están. Indignados porque les quitan parte de su suculento sueldo.

Estos funcionarios, reconocidos mundialmente como los mejores jugadores online del mundo, sólo superados por los suecos, que son todavía más vagos que ellos, se quejan de un jornal que, ¡por Dios! cuántos Gates soñarían poseer.

Estos funcionarios… joder, que son unos hijos de puta insolidarios. Con la cantidad de honrados trabajadores parados, mineros silicosos o cancerosos, y niños malnutridos que hay, ¿cómo se atreven a levantar la cabeza del suelo?

Es más, yo, que pretendo y quiero entrar en el demoníaco grupo funcionariado, ya dudo. Es bochornoso pertenecer esa clase. Antes prefiero ser un soviético. ¡Dios salve al Gran Hermano si evito caer en tal indignidad!

Voy a pensármelo un poco, llamémoslo deformación profesional.

Yo, asturiano, tras 5 años de carrera y alguno más de postgrados, me veo opositando en una comunidad que no es la mía y jugándome “la vida” a un solo examen que, verbigracia divina, no resulta mal y… me encuentro esperando dos años a que me llamen.

Yo, asturiano, me veo en un pueblo lejano, muy lejano, sin poder volver a casa el fin de semana, empezando de cero.

Yo, asturiano, me veo delante de niños y no tan niños, delante de futuros delincuentes que su mayor interés es joderme la clase y delante de futuros universitarios que esperan adquirir más que el suficiente conocimiento porque lo van a necesitar, y cualquier fallo repercutirá en su marcha.

Yo, asturiano, me veo haciendo, de nuevo, una oposición, esta vez no tan lejos, aunque lejos, y a un tiempo vista muy lejano de volver a mi casa.

Yo, asturiano, no he gastado 5 años en la universidad, he gastado 9 en hacer este examen, único examen. Y que sea lo que Dios quiera.

Yo, asturiano, veo que el sistema no me va a permitir, de nuevo, lograr la plaza, y así quedaré, de nuevo, durante un par de años, danzando sin saber dónde caeré muerto.

Yo, asturiano, veo que mi sueldo es bueno, y cuando digo bueno digo que no pasaré apuros, y digo también que no me librará de la hipoteca de un piso mediocre, y eso será el día que logre volver a mi casa.

Y visto todo esto, ¿alguien se atreve a decirme que, por ser funcionario, que no lo soy, que me joda y que es de derecho que me quiten parte del sueldo? ¿Y alguien me va a mirar y decirme que tengo trabajo asegurado, sueldo asegurado y que la vida es injusta al darme tanto asegurado? Y, aun más, ¿alguien me dirá que soy insolidario por enfadarme y patalear cuando me quitan sueldo?

¡Qué coño! Todo esto me suena. Me apuro en recoger mis apuntes de lógica informal, que es preciosa. Ese estudio de retórica que Aristóteles bien comenzó y que a día de hoy está, por lo visto, más que vigente. Y leo:

a.- Argumentum ad baculum: dícese del argumento que persuade por la fuerza.
Esto es: que te bajo el sueldo y te jodes, que para eso tengo yo el poder y la fuerza. - ¿Por qué?- -Porque lo digo yo, que aquí estoy. Eso sí, te lo digo con una sonrisa que resalta mi talante-.

b.- Argumentum ad hominem: dícese de aquel que acude a la descalificación o deslegitimación.
Cuando enseño este argumento suelo mostrar escenas del parlamento, cuando dicen eso de – y tú mucho más-. Pero ahora veo algo más hermoso en la calle: - pero tú, que tienes sueldo asegurado, ¿cómo te atreves?- o ese más directo – funcionarios, que no hacen nada, protestando- o el gracioso – hoy los funcionarios no trabajan, algunos por la huelga- es bonita también la modalidad “comentario con sorna” – ahora tendrán que dejar de salir a cenar un día- pues menudas cenas que se pega el personal de 160€.
Es decir, todo lo que argumente un funcionario, a partir de ahora, pierde legitimación pues es un vago hijo de puta que vive del sueldo de los demás. Y es que de todo se aprende, incluso de lo peor que podemos encontrar en los medios.

c.- Argumentum ad verecundiam: dícese de aquel argumento que acude a la autoridad.
Me encanta ver a los socialistas invocando, ahora, a Merkel y a Sarkozy. –Mira al resto, en Alemania van a echarlos, no a bajarles el sueldo, qué suerte tienes- Oh, sí, es cierto, además de no hacer nada tengo al suerte de que no me echen. Gracias ZP. ¿Podría añadir algo? Casi que el 5% (que a los profesores es el 7%) es poco. Súbelo al 15% y haznos una grieta donde tú sabes. Prometemos no levantar la cabeza nunca pues somos indignos. Y si nombramos a Merkel o a Sarko ya…

d.- Argumentum ad ignorantiam: dícese de algo que es verdad porque no ha sido falsado.
Los funcionarios son unos vagos que cobran mucho y no hacen nada. Y así será hasta que baje Dios y me diga lo contrario. Hijos de puta.

e.- Argumentum ex populo: es cierto porque la mayoría dice que así lo es.
Y como la mayoría quieren ser funcionarios, y la mayoría quiere rascarse los cojones el resto de su vida, ergo los funcionarios quieren rascarse los cojones el resto de su vida. Y me ha salido un Modus Ponens. Y así lo dice mucha gente, que lo escuché en el bar.

f.- Falacia del accidente: generalización desde el particular. Llamado también “demagogia”.
Y es el más dañino, porque cuando alguien dice funcionario, no olvidemos, nos referimos a abogados, médicos, conductores, bomberos, policías, profesores, enfermeros… Y, obvia decir esto, que uno falle, no quiere decir que todos fallen. Igual que el hecho de que alguien diga gilipolleces sobre los funcionarios no quiere decir que todos piensen gilipolleces sobre los funcionarios.


Y nunca olvidemos que las personas no quieren ser funcionarios, sino que quieren ser médicos, profesores, bomberos, etc. Y se preparan por y para ello. Y trabajan, y mucho. Y, además, a muchos de ellos les gusta. Y yo no me avergüenzo de ello. Ni bajaré mi cabeza, ni asumiré que las torpezas de un dirigente terminen afectando a mi cartera.

Y si a alguien le parece mal que pataleemos, que sepa que no somos entes tocados por la mano de Dios, ni tenemos piscinas en nuestros áticos adiamantados.

Y si hay parados nos solidarizaremos con ellos.

Y cuando haya una huelga de parados, que no existe, allí estaremos.

Y cuando haya una huelga general, allí estaremos.

Y cuando alguien nos vea haciendo "nuestra huelga”, que recuerde que nosotros no tenemos la culpa de las torpezas de nadie, que no hemos hecho mal a nadie, todo lo contrario. Que recuerde que nos ganamos nuestro jornal dignamente y, por tanto, tenemos derecho a defenderlo.

Y cuando alguien no llame insolidarios, que recoja esas palabras, las ponga sobre su mano y las mire, y que mire cuán solidario ha sido al dejarlas escapar.


Yo hoy estoy de huelga.

sábado, 15 de mayo de 2010

Bibiana y los usos.

Encuentro esta actividad en un libro para la asignatura de Ética de 4º de la ESO:

Lee esta carta escrita para convocar una reunión. Vuelve a escribirla en lenguaje no sexista:

Queridos padres:
Los profesores de vuestro centro os invitan a una reunión que tendrá lugar el viernes día 10 para hablar de vuestros hijos y de sus actividades en clase. Esperamos vuestra asistencia debido a la importancia de la relación entre educadores y padres para el buen seguimiento del trabajo de los alumnos.


Y debajo una caricatura donde se ve a una señora que le dice a otra, interpretamos es la profesora, con cara de profunda vergüenza:

Desde luego esta carta no va dirigida a mí, que soy MADRE, ni a mi hija, que es una ALUMNA y, por supuesto, no te afecta a ti que eres una PROFESORA. ¿A quién va dirigida?


Con dos cojones.

Bibiana Aido ha logrado introducir el mayor de los disparates del movimiento políticamente correcto. El fin justifica la anormalidad. Y el fin es la diplomacia más corrosiva y absurda.

No falta ya, en ningún discurso público, la entrada "todos y todas", "niños y niñas", "alumnos y alumnas", y el más doloroso "ciudadanos y ciudadanas". Y lo curioso es que el orador, si bien es un analfabeto lingüístico, su lenguaje le sobrepasa intelectualmente (centurias de práctica) y, en el momento en que abandona su formulismo diplomático comienza a entonar la normalidad sin darse, si quiera, cuenta. Es decir, comienza a hablar sin detenerse a agradar a los policías de la moral más casposa ¿Por qué?



Un discurso, oral o escrito, en que cada vez que una palabra tenga un gemelo genérico deba ser articulada en ambas formas se convierte en un sinvivir o, más coloquialmente, un coñazo. Y es que el lenguaje es inteligente y se mueve por el principio de economía que elimina lo innecesario y busca las formas menos costosas. Es lo que los filósofos del lenguaje llaman los usos. Y el uso del lenguaje español ha dado con que el masculino, en la mayoría de los casos, es utilizado como genérico, referente de ambos sexos. Si yo, profesor, digo: a ver, chicos, podeis empezar el examen, no sólo lanzo mi peyorata a los que tienen pito, atañe a todos sin excepción. Ignorar esto es una cuestión de cinismo cuyos objetivos, seguramente, sean distintos a los morales.

Ser políticamente correcto y caer en la tentación del aplauso fácil es ser, o bien un ignorante o un hipócrita. Por mi parte, cualquier político que reclame para sí cualquiera de ambos calificativos ya es merecedor mi mayor desprecio.

Un saludo a todos y todas.

domingo, 9 de mayo de 2010

Cerdos, Dios y cocodrilos.

Hace siglos, los marineros en los viajes largos solían dejar una pareja de cerdos en cada isla desierta. O bien dejaban una pareja de cabras. En cualquier caso en sus visitas futuras, la isla les aprovisionaría de carne. Se trataba de islas prístinas. En ellas vivían razas de pájaros que no tenían depredadores naturales en ninguna parte. Sin enemigos, las plantas que había allí evolucionaban sin espinas ni venenos. Sin depredadores ni enemigos, aquellas islas eran paraísos.

La siguiente vez que los marineros visitaban las islas, solamente encontraban manadas de cerdos o de cabras.

Los marineros llamaban a esta práctica "sembrar carne".

Ostra dice:

- Os recuerda esto a algo? ¿tal vez a la vieja historia de Adán i Eva?

Mira por la ventanilla del coche y dice:

- ¿Os preguntais alguna vez cuándo va a volver Dios con un montón de salsa barbacoa?


(...)


- ¿Nunca os habeis preguntado si Adán i Eva eran los cachorrillos que Dios abandonó porque no aprendían a hacer sus necesidades como era debido?.

Baja la ventanilla y el olor entra a raudales, la brisa templada con olor a pescado muerto, y gritando contra el viento dice:

- Tal vez los humanos son los cocodrilos mascota que Dios tiró por el retrete.



Chuck Palahniuk
Nana

viernes, 7 de mayo de 2010

¡El cubo se nos llena de mierda!

Hola gentes. ¿Cómo va?

Hoy me he estado enterando del tema de la incineradora (la que pretenden poner en Asturias), del que no sabía prácticamente nada, y he pasado de la perplejidad a la enajenación... los licenciados en filosofía somos así: cuando nos enfadamos rompemos cosas, atacamos a la gente con libros de Nietzsche al grito de "sólo sé que que este libro es un ladrillo". Ya sabeis la fama de impredecibles que tenemos. Puro nervio.

Pues, tras el "cuidado con el filósofo, muerde", sigo. Como en el caso de las centrales nucleares, estos temas siempre me parecieron cuestiones donde son los expertos los que deben dirimir, es decir, los que han estudiado algo que les capacite para saber si es eficaz, peligroso, útil, o lo que sea, pero al contrario que con las nucleares, me encuentro con que nadie es favorable a las incineradoras. Es más, países como Japón, que habían apostado fuerte por ellas, están dando marcha atrás.



Entonces, si nadie las quiere (colectivos ciudadanos, grupos ecologistas y expertos) y los que las quisieron están dejando de quererlas, ¿por qué razón vamos contruir una?

- Porque el vertedero se nos llena y, cuando eso ocurra, ¿qué? ¿te la quedas en casa?


La verdad, las alternativas que he encontrado me parecieron bastante vagas. Ninguna daba una solución al problema y ¡es que se nos llena la bolsa de basura!. Todas hablaban de una idea: producción limpia. Pero ¡que la bolsa se llena!

Y es entonces cuando me di cuenta de que los políticos nos infravaloran. ¡Peor aun! somos nosotros mismos, ciudadanos de a pie, los que nos tenemos en muy baja estima. Y, entonces, cuando leía que la alternativa era la producción limpia, no me entraba en la cabeza porque mi premisa era que la bolsa se iba a llenar sí o sí y, resulta, esa premisa no es necesariamente cierta.



La premisa es muy cruel. Aceptamos que somos unos cavernícolas incapaces de tener cuatro bolsas de basura en vez de una sola y entonces nos tiramos alegremente a la incineradora que, al parecer, supone:

1.- Contaminación.
2.- Gasto enorme.
3.- Usa más energía de la que suministra.

Y, ¿por qué no cambiamos la premisa y apostamos fuerte por el reciclaje? Pero una apuesta de verdad, con todas las consecuencias. En definitiva, estamos hablando de nuestra provincia, somos nosotros los que tenemos que mirar por ella. Y cuando digo apostar por esa medida digo mostrar tres actitudes desde el gobierno, en este orden y en esta jerarquía:

a.- Concienciar.
b.- Incitar.
c.- Obligar.

Esto es:
a.- Explicar la necesidad de reciclar, obviamente.
b.- Tratar de dar incentivos a los que reciclen, tanto ciudadanos individuales como empresas de buen corazón.
c.- Obligar a reciclar con medidas duras, es decir, poner multas a los ciudadanos que no reciclen y obligar, directamente, a las empresas a hacerlo.

No entra en Asturias un envase que no sea recicable.


Recuerdo (abuelo cebolleta) de Finlandia que las latas de cerveza (y tuve muchas en mis manos) tenían un suplemento en el precio que se devolvía al dejarlas en una máquina. Es decir, si la lata o botella valía X, ellos te cobraban X+Z, y el Z te lo devolvían al dejar la lata en unas máquinas que eran como las de refrescos (y eso que soy de letras). Y recuerdo también que en Suecia se multaba, directamente, al individuo que no reciclaba, pero no recuerdo cómo lo controlaban.

Dice este artículo:

"Así fue que en 1993 el Parlamento resolvió que quienes producían los envases asumirían la responsabilidad de recogerlos para reutilizarlos. Pasaron los años y actualmente hay 10.000 empresas encargadas de recuperar los envases y cuentan con 7.000 estaciones en las diferentes localidades. Un paseo por los centros barriales deja ver enormes contenedores de basura para desechos de plástico, metal, cartón corrugado, cartón común y vidrio"


Y, por cierto, la industria del reciclado crea muchísimos más empleos que el de las incineradoras.


Pd1: me estoy dando cuenta de una cosa desde que te escribo estos tostones, y es de que los políticos tienen un miedo atroz al pueblo, esto es, a la pérdida de votos por molestar al buen hombre que no quiere dejar el coche, o que no quiere reciclar. Y entonces nos tratan como niños malcriados, y llega un momento en que asumimos esa condición y ¡exigimos que nos traten como niños malcriados!

Queremos una ciudad bonita pero no dejar el coche de lado, y el político nos lo consiente.

Queremos una tierra limpia pero no separar residuos, y el gobierno toma medidas para consentirnoslo...

Pd2: yo, por mi parte ya tengo un cubo de basura de los de reciclar. Ahí está. Predicando con el ejemplo, aunque confieso, es por orgullo. Que no me traten como a un idiota ni crean que no soy capaz de sacrificar cosas por bienes mayores.

Un saludo desde filosofolandia.

martes, 4 de mayo de 2010

Death Proof y los pies.

El alcohol solo es un lubricante para los posibles encuentros que nos ofrece un bar




Pues sí, soy un enamorado de Pulp Fiction. Le ha visto no menos de 10 veces, y podría repetir una más sin complejos. Incluso me pone Reservoir Dogs, aunque no soy un loco de ella ni me sé los diálogos... pero hasta aquí llega mi admiración por Tarantino.

Acepto que es el mejor director de los 90', y Pulp Fiction es más que suficiente para aceptarlo. Pero, como ocurre normalmente, no se puede estar en la órbita de la genialidad de continuo, lo cual suele empujar a lleva a echar por tierra otras obras menores pero más que aceptables. Así, Kill Bill es una buena película, llena de guiños al cine de animación japonés y a las películas de chinos que, por otro lado, me encantan, una película que es más una sucesión de videoclips histriónicos; pero no es arte y ensayo. Entretiene. Es bonita. Es ágil. Y hasta aquí puedo leer. ¡No! Hay un postdata: la escena en que la Mamba Negra, ya de amarillo y conduciendo una moto, con esa música que hace que te den ganas de levantarte de la butaca, por la carretera junto con unos coches hasta su próximo escenario de ostias, es la ostia.



Y, si bien me vi cual perrillo girando su cabeza de polo y al otro, preguntándome cómo podía Tarantino, ese director que esculpió Pup Fiction, escupir Inglorious Bastards, debo decir que salí más que satisfecho de Death Proof.

Los bajos fondos son el agua del tiburón Tarantino. Kill Bill se escapa a ellos y patina pero tiene gracia en su mueca de sonrisa. Inglorious Bastards es un verdadero grano de pus que solo salva el personaje de Chistoph Waltz y la primera escena. Y, sin embargo, Death Proof me resulta curioso. Como un experimento acertado que no va más allá. Lo diré: Death Proof es la primera escena de Reservoir Dogs durante hora y media, pero aplicada a otros personajes. Sale bien, pero es como poner queso es una fabada.



Recuerdo esa primera escena en que, la cámara rodando alrededor de ellos, sin cortes, recogiendo ese altercado acerca de la propina. Soberbia. Y veo Death Proof con esa dirección, con esos diálogos intrascendentes y, siempre, con esa sensación de que se va a decir algo tan profundo que retorcerá las entrañas del mundo. Pero, y siempre hay un pero, los personajes no tienen la fuerza que tienen en Reservoir Dogs. Tan solo la chica morena, Rose McGowan, que hace el baile a Kurt Russell llena la pantalla. Porque Kurt Russell, en el mejor papel que le han dado (que yo recuerde) pierde fuerza conforme pasan los minutos. Esperas un Bruce Willis degenerado o un Michael Madsen, lento pero acojonante, y nunca llega.



En definitiva: Death Proof, esa película, ese expermiento acertado, pero limitado. Interesante, y eso no es poco.


PD: me encanta su fetichismo con los pies.



I don´t believe in tipping

lunes, 3 de mayo de 2010

I'm back.


Las vueltas nunca son fáciles. Uno va y, a veces, vuelve. La suerte es dispar.
Los Grandes son los que en su regreso vuelven y hacen de lo imposible un posible mientras, el resto, nos limitamos a lo humano que, normalmente, linda lo mediocre.

Pero algunos somos humildes. Decía Johnny Guitar:

There's only two things in this world that a "real man" needs: a cup of coffee and a good smoke


Somos tan humildes que no tomamos café y despreciamos el tabaco. Incluso nos limitamos a lo prescindible. La inmoratlidad es para los Grandes. En ningún caso es mi lucha. La mía es otra, y esa sí que es ambiciosa, que es mía.

Y aquí estamos. De vuelta. Pero lo tenemos fácil. Superar lo pasado es cosa sencilla y, por ello, me doy las gracias... sí, a mí mismo, o al "mí mismo" añejo, ese que se quedó es 2007 y del que queda el recuerdo y, según algunos optimistas, algunas cosas más.

Y sí, soy humilde, pero soy también tramposo, y como pretende abandonar mis malos hábitos, apuñalaré mi tramposidad, sea eso lo que quiera que sea. Y todo es porque soy egoísta. No pretendo la gloria, pero sí metas más cercanas. Matar tiempo, ejercitar mis extensiones prensiles, buscar admiración... ¿gloria? Autoengaño solapado de falsa modestia.

Qué demonios. Me gusto. Escribo porque creo que tengo algo que escribir, aunque reconozco mi limitación. Me pretendo alguien con algo interesante a escuchar.

No, no seamos ególatras. La verdad es que me importa un carajo. Tenía ganas de escribir. Y eso hago: escribo. Y si esto hace pasar a alguien un rato entretenido pues ya habré logrado más de lo que pretendía. ¿Qué pretendía?

Sacio mi necesidad. Johnny Guitar lo tenía más fácil... y después se demostró que no.

La vuelta está siendo fácil. Uno se fue y, en esta ocasión, vuelve. La suerte es dispar. Bien por mí. Mal por mí.


Gracias a Don Chistera por la por tan bella película con tan flojo final.