miércoles, 28 de marzo de 2007

Dedicado a Paloma.

Esto sí es importante.

La telebasura es una tragedia a la que desgraciadamente estamos acostumbrados. La miseria, el hambre y la injusticia son tragedias a las que jamás deberíamos acostumbrarnos. 'La muerte de Kevin Carter' es un documental que se estrena mañana, sábado, en Canal + (21.30), y que cuenta cómo un hombre no puede superar un cara a cara con la imagen perfecta de la tragedia.


Cuenta la vida de Kevin Carter, un fotógrafo sudafricano comprometido con su tiempo y autor de una instantánea tan estremecedora que, además de hacerle ganar el Premio Pulitzer en 1994, destrozó su vida. Seguro que recuerdan la foto, tomada durante una hambruna en Sudán, en la que una niña desnutrida está caída en el suelo ante la atenta mirada de un buitre.

Carter no pudo soportar la carga emocional de esa foto, y las dudas que generó en su conciencia no haber intervenido. Se suicidó dos meses después de recibir el galardón, a los 33 años. El reportaje de Canal +, corto e intenso, no es un prodigio de realización, ni de guión, ni de producción, ni siquiera de dirección. Pero resulta fundamental. Tanto por su carga emocional como por lo excepcional que resulta ver en televisión un documento tan intenso sobre la perversa realidad del periodismo extremo. Una pequeña joya.
(Recogido de aquí)


Cómo pierde el tiempo un político.

Ya había discutido sobre este tema con alguno de mis amigos y más concreta y acaloradamente con Paloma. La discusión viene a lo que la Real Academia de la lengua española dice acerca del término Gallego.

Y bien, un diputado del BNG, Francisco Rodríguez, ha propuesto quitar dos de sus acepciones: la de tonto, que se da en Costa Rica, y la de tartamudo, en el Salvador.

De verdad que a veces se leen unas cosas (noticia) que te dejan perplejo. Pero vamos a ver, alma cándida, la Real Academia de la lengua española NO inventa significados o acepciones. No pone ni quita, sólo recoge. La Real Academia de la lengua española se dedica a recoger lo que los hablantes usan.

No puede imponer ni significados ni, por supuesto, cometer la impiedad de quitarlos porque a un politicucho de turno, embuído en lo políticamente correcto y en la subnormalidad campante, se sienta ofendido.

Si usted se siente ofendido porque en Costa Rica se refieran a los tontos con el apelativo de Gallego, vaya allí y trate de hacerles entender que es ofensivo para su pueblo, comunidad, país, nación o como carajo quiera llamarlo. Ahora bien, si lo que hacen es cambiar Gallego o tonto por Francisco Rodriguez, no se extrañe.

Y otra, lo que pretende es que el Congreso de los Diputados obligue a la Real Academia a cambiarlo... ¿pero usted no tiene algo mejor que hacer? ¿los diputados no tienen algo mejor que hacer? Por favor. Cómo puede haber tanta estupidez. Que no hay Dios que consiga un contrato digno, que no hay Dios que se pueda permitir una casa y que hay delinuencia, terrorismo, etc, y se dedica a decir que en la definición de Gallego, en la quinta posición, está la de tonto, y, en la séptima, la de lengua de los gallegos. ¿Está usted de cachondeo? ¿Se está riendo de nosotros? ¿Escucha usted lo que dice?

Por favor.
Qué tío más ofensivo.


P.D.: colgaré más fotos del viaje a Rusia... espero que pronto.

martes, 6 de marzo de 2007